lunes, noviembre 17, 2008



Ven que te coma el corazón,
manzana sin paraísos,
ven que te lleve dulcemente
a las entrañas de esta noche habitada.

Déjame que me hunda
en los besos espinosos de tu boca
en esta hora húmeda en la que mi cuerpo
te reclama dios.

Hoy, si tú queres,
voy a ser todas las cosas
que nunca nos prometimos,
que nunca nos negamos,
las que siempre supimos.



(de La mirada de Astarté, Ed. Espiral Maior, 2007)


Foto: Samantha Wolov

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