martes, julio 29, 2008


(...) Ella era la única mujer aquel fin de semana, y se movía amabilísima entre los amigos con una autoridad descorazonadoramente atractiva, tanto más perceptible porque era imperceptible: ella sabía que era inaccesible tanto para ellos como para mí, que si hubiese podido decir, sé que aquel cuerpo que recuerdo nunca jamás podrá ser el mío, aún de alguna manera la tendría al alcance, pero yo era Giges y Candaules a la vez, el perfecto imbécil feliz, inútil y triunfante sin saber qué había hecho por merecerlo. Y sabiendo que no lo sabría nunca.

En el peor momento de la noche, apareció la exhibición en forma de requerimiento:

Por la mañana cuento las púas
de mi sombrero.
Por la tarde, y tú qué!
Clama el sol, y yo me ahogo.

A las doce, del reloj
apedrean mi cabeza.
No me consolará saber
si viene otro detrás de mí.

Si hubiese querido, se los habría tirado a todos. Y yo me sentía como si lo hubiese hecho.

Aún viene a mí todo eso cada noche, cuando ella se duerme a mi lado. A mi lado, a años-luz de distancia.

Un tren vacío, sin luces, atraviesa a toda velocidad la estación, dejando un viento atronador. Queda el espacio temblando de un vacío irremediable.


(Miquel de Palol, "Estampas de Sexo Cotidiano" en Sueño y deseo en Ciacona)


Imagen: William Etty, Giges y Candaules

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4 Comments:

Blogger alfonso dice...

Bicos

12:08 a. m.  
Blogger Madame Vaudeville (Chus Álvarez) dice...

Gracias por la traducción, bonita. Yo he empezado a publicar mis poemas y relatillos en otro blog y en gallego: http://perdidanasnubes.blogspot.com
Bicos

3:06 p. m.  
Blogger Camille Stein dice...

las noches de vacío son escaleras de deseos... los trenes se encargan de derribar castillos enteros... de todos los derrumbes

un beso

4:24 p. m.  
Blogger @Igna-Nachodenoche dice...

Si hubiese querido, tan tontos eran los que estaban a su lado...

Queda el vacío, y los railes visión perfecta que por ellos, pueden transitar más trenes.

Besos.

5:46 p. m.  

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