viernes, febrero 29, 2008

Los nombres de las cosas



Pintamos prados perfectos
donde todo seguía el orden establecido.
Cada árbol daba su fruto,
cada fuente pincelaba un regato,
cada niebla germinaba en rocío fresco.

Alquilamos palabras
para darle nombres a nuestras cosas,
todo
en un suspiro milimetrado.
Desconozco cuánto duran los sueños,
pero sé de la intensidad animal
del deseo.

Repasamos las cuentas,
las sumas,
las restas,
hasta cuadrar este caos imprevisible:
, cuerpo de hierba fresca;
yo, corazón de catarina.


(La Mirada de Astarté)



Imagen: Marcelo Soares Leguineche

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